Martinica: ¿Francia en el Caribe?

Martinica: ¿Francia en el Caribe?

Después de dejar la Perla del Caribe (Santa Lucía) volvemos a entrar en tierras desconocidas. Esta vez cambiábamos de idioma para darle la bienvenida al romántico lenguaje francés. Para entender un poco donde estamos parados, lo primero que debemos saber es que a diferencia de las islas anteriores Martinica no pertenece a las Indias Occidentales (“West Indies”) por ser una región francesa y no un país independiente. Para entender su origen debemos remontarnos a 1963 cuando los franceses colonizaron la isla habitada por los indígenas Caribes y Arawak. Posteriormente pasó a manos de los ingleses y luego de enfrentamientos con los franceses, estos últimos compraron la isla y comenzaron a poblar con colonos campesinos atraídos por la publicidad del dinero y de un clima amigable. Así resumidamente se va formando la historia de esta hermosa isla que destaca por su alto desarrollo frente a las demás, teniendo un transporte público moderno, desarrollo vial y organización. En temas geográficos, Martinica está rodeada por un estratovolcán llamado Monte Pelée, que a diferencia de un volcán común crea un arco volcánico en toda la isla, por lo mismo es un riesgo cuando está en actividad. En 1902 en St. Pierre (antigua capital de la isla), hubo una erupción del estratovolcán donde lamentablemente fallecieron 30.000 personas y sólo 2 hombres sobrevivieron: un zapatero refugiándose en un sótano y un obrero refugiado en una celda, increíbles hazañas históricas.

Luego de estos datitos es momento de recorrer las callecitas de su capital actual Fort de France (77.000 habitantes) y tomarle la onda a esta región francesa. Caminando por el centro con peatonales anchas, es momento perfecto para pasear con tranquilidad tomando lindas fotos del entorno. La costanera (malecón) tiene paradas de yates que trasladan a otros puntos de la isla en diferentes horarios por 7 euros en promedio. Desde este lugar se puede caminar al centro neurálgico de la ciudad (Rue de la Liberté) donde destacan hoteles, restaurantes y edificios patrimoniales como la Biblioteca Schœlcher y Centro Postal. Al frente de esta calle está Parc La Savane, un gran parque verde con palmeras que funciona como centro de encuentro para eventos masivos y nocturnos. Además, hay un café muy rico llamado Bernard’s Coffee atendido por su propio dueño quien prepara el café a tu gusto. Unos pasos más hacia la costa se encuentra Iguana Pizza, donde preparan unas pizzas de salmón deliciosas (¡y acompañadas de cerveza local Lorraine hacen una combinación perfecta!).

Una de las cosas que más me llamo la atención fueron los baños públicos con autolimpieza, que por sólo 20 centavos de euro puedes usar por 15 minutos. Debo subrayar que son los mejores baños públicos que he usado en toda mi vida. También a diferencia de otras islas abundan los cajeros automáticos por las calles principales y en precios podría afirmar que es más económica que sus vecinos.

Después de 3 semanas sintiendo el idioma francés en las venas, conociendo sus productos locales e intentando camuflarme en su ciudad, puedo confirmar que las personas de Martinica son amables y cercanas. Al principio desconfiados, pero con el tiempo se pueden convertir en tus mejores amigos. Son receptivos, gozadores y como buen caribe, tienen un excelente ritmo para bailar.

Sin duda me quedaron varios pendientes por conocer, porque siempre falta tiempo para recorrer y disfrutar la belleza que nos da el planeta. Sin embargo, el primer acercamiento al francés fue positivo. Y entre francés y crepé nos vamos al siguiente destino: Dominica.

Biblioteca Schœlcher
Centro Postal Fort de France
La Savane Park
Vista del centro de Fort de France
Parc La Savane
Local Mil’im (de Grace), ubicado en Route de balata en el estacionamiento justo después de la estación de quemado.
Parada Botes/Yates de traslado a otros sectores de la Isla como Anse Mitan y Les Trois-Îlets.

Fotos de Martinique: https://www.instagram.com/p/ChJJWv0ImC3/

Canción que me acompañó: https://youtu.be/Vcwhe0pY4Bg