Kazajistán: Un diamante en bruto

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Cuando estaba en clases de geografía nunca me hablaron de los países de Asia Central, sólo nombraban a Rusia como el gran protagonista de ese continente y no los culpo, la Unión Soviética en algún momento fue la gran potencia mundial y uno de los imperios más grandes de la historia.

Pero hoy, 32 años después de su disolución (causada por el fracaso en la administración además del régimen comunista y la Perestroika), nos encontramos con muchos países que siguen con una identidad bajo perfil y desconocidos por el resto del mundo.

Hoy quiero hablarte de uno de esos países inexplorados: Kazajistán, de su historia, su cultura, su gente, datos útiles para arribar al país (y no morir en el intento) y cómo fue mi travesía de tres semanas por este país asiático.

Ubicación y cómo llegar a Kazajistán

Kazajistán (o Kazakhstan en inglés) puede pasar desapercibido en los mapas del mundo, es uno de los tantos países de Eurasia que han tenido que empezar de cero y reconstruir su identidad que por años se les arrebató; por esta razón, tiene mucha relación con los siguientes países: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán.

Se encuentra ubicado en Asia Central (de hecho, es el país más grande de esa región y el noveno más grande del mundo). Específicamente se sitúa entre el Mar Caspio y El Monte Altái, delimitando fronteras con países como China, Rusia, Kirguistán y Uzbekistán. Pero la verdad es que cuenta con una situación geográfica muy especial, ya que está muy lejos de Asia y muy lejos de Europa en términos de horas y kilómetros.

Es muy fácil y cómodo encontrar vuelos directos desde Turquía, Qatar, India, Kirguistán, Tayikistán, China, Mongolia, Tailandia, Rusia, Uzbekistán, Azerbaiyán, Georgia, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. También puedes viajar en tren específicamente desde Rusia y China, pero no te lo recomiendo, puedes tardar horas y horas en llegar, por lo que el viaje te puede parecer imposible.

Mi travesía por Kazajistán

Planificar mi visita fue al principio difícil, ya que en la página oficial del país hacía mención que los chilenos necesitábamos visa para entrar al país. Así que, mientras estuve en Finlandia me aventuré a ir a la embajada y preguntar al cónsul cómo podía entrar al país y qué posibilidad había que me ayudara a obtener la visa que necesitaba.

Mientras escuchaba mis preguntas me respondió con cara triste: “no te puedo ayudar, por normas internacionales tendrás que solicitarla en Brasilia (capital de Brasil)”. En ese momento todos mis planes se vinieron abajo. Y con sentimiento de decepción intentaba asumir que no podría visitar ese país; pero no, mi mente decía que no podía rendirme.

Días después, decidí escribir y llamar al cónsul de Brasilia, para que me dieran información más detallada y me sugirieran qué hacer, lo cual no contestaron mi llamada, pero sí mí correo. Allí recibí una respuesta que jamás creí que recibiría: desde febrero del 2023 los chilenos pueden visitar Kazajistán sin visa, pero con única entrada (y yo necesitaba multi-entrada). No me importó, desde ese momento empecé a adaptar todo mi viaje para poder pisar tierra kazaja.

Y así fue como finalmente el 21 de febrero llegué a la ciudad de Almaty, que no es la capital del país, pero sí la ciudad principal y centro económico (actualmente su capital es Astaná) y suspirando de alegría daba rienda suelta a esta aventura invernal con la barrera del idioma.

Los primeros días fueron un poco confusos porque no manejaba el ruso ni el kazajo, y muy pocos (para no decir nadie) hablaban inglés, así que solo señalaba lo que necesitaba y con una buena sonrisa todo estuvo de maravilla. La segunda semana, tomando más confianza en el entorno y dándome cuenta que es un lugar muy seguro y que la gente es muy curiosa, logré soltarme un poco más aprendiendo ciertas frases en ruso que empecé a aplicar en las conversaciones y eso hizo que todo fuera un poco más fluido.

Ya para mi tercera semana empecé a desenvolverme muchísimo más, visité sus grandes atracciones y me perdí entre sus restaurantes, mercados, bares y clubes. Así fue como conocí a varias personas que me acompañaron en esta experiencia y poco a poco, conociendo cada vez más la ciudad y su gente me di cuenta que este país es un diamante escondido.

Qué hacer en Kazajistán

El invierno en el país empieza desde noviembre y culmina a finales del mes de abril así que pisé sus tierras en su pleno invierno (entre los meses de enero y febrero pueden bajar las temperaturas hasta los -50ºC); por este motivo, te hablaré de las atracciones invernales que no puedes dejar de pasar por alto.

Esquiar: Uno de los mejores sitios para esquiar y disfrutar de las mejores vistas es la Estación de esquí de Shymbulak. Cuenta con 11 km de sendero, puedes llegar por teleférico, taxi o autobús. Está a tan solo 30 minutos de la ciudad.

Trekking y hiking: A tan solo 45 minutos de la ciudad hay una inmensidad de naturaleza que te abraza y te muestra los encantos del país. Toda a ciudad está rodeada de las Montañas Tian Shan, por esa razón se pueden encontrar diversas opciones de rutas a emprender. Aquí alguna de ellas:

Kok Zhailau, Three Brother, Peak Kumbel.
Pico Furmanov y Panorama.
Big Almaty Lake (en español Gran Lago de Almaty).

Recorrer la ciudad: Al atravesar las calles y avenidas se puede observar cómo ha ido mutando y camuflando la arquitectura soviética con su propia identidad, lo que hace que el centro de la ciudad esté lleno de restaurantes cosmopolitas, cafeterías diversas, microempresas, emprendimientos y universidades. Si imaginabas que era un país atrasado, es todo lo contrario, es ordenado, limpio, organizado e increíblemente mixto.

Denigración del país

Hay una película que se lanzó el 2006 llamada “Borat”, que fue un éxito en la pantalla estadounidense pero un fracaso para la imagen de Kazajistán, ya que se burla, humilla y denigra al país y a sus ciudadanos; en mi opinión me parece una falta de respeto por lo lejos que está esa película de la realidad.

Como lo mencioné anteriormente, para mí, este país es como un diamante escondido de Asia y Europa. Tiene una economía estable, una moneda con control inflacionario, ha disminuido la pobreza en más de un 10%, es extremadamente seguro, cuenta con cajeros automáticos en todas las calles del centro de la ciudad y es rico en recursos naturales (petróleo). Además, sus ciudadanos son la bondad misma, dispuestos a ayudar en todo momento, receptivos y muy conversadores a diferencia de otros lugares.

Sin embargo, existe el prejuicio de los países con terminación “stan”, y es que la fama que ha tomado Afganistán en las noticias mundiales y en los derechos humanos, ha hecho que automáticamente los países con esta terminación sean vinculados e involucrados con prácticas de terrorismo de las que están muy lejos, y me atrevería a decir inexistentes.

Mi esperanza es que muchos turistas tomen la iniciativa de conocer este atractivo país que además de ser amigable con los migrantes, es único y especial en su vibra. Y así, ellos le demuestren al mundo lo que son capaces de hacer, pues cuentan con grandes atractivos turísticos capaces de posicionarse internacionalmente.

Definitivamente, estas tres semanas han superado mis expectativas. Kazajistán y Almaty me demostraron cuánto se han esforzado estos 32 años en construir su propio estilo bajo las sombras de su pasado, creando un admirable nacionalismo y eso es muy valorable, porque hubiese sido muchísimo más fácil dejar todo igual, pero no, tomaron el camino difícil, y ellos están orgullosos de eso, se puede notar en cada persona que pasa, en cada calle y avenida donde siempre habrá una bandera flameante en cada esquina.

Canción que me acompañó: (Simetría – Ases Falsos)